Cuenta Larga en la estela J de Quirigua, en Izabal, Guatemala. |
Una de las preguntas que varias veces han hecho es el por qué escribo el 3114 a. C. como -3113 en lugar de escrbir -3114.
La respuesta es sencilla: el calendario juliano y gregoriano no tienen un año cero porque no se conocía el cero como número cuando se ideó el calendario juliano. Sin embargo, ya se conocía el cero cuando se implementó el calenfario gregoriano pero no lo intercalaron entre el año 1 a.C y 1 d.C y así evitar complicaciones y confusiones en las fechas. Por lo tanto, del domingo 31 de diciembre del año 1 a.c le seguiría el lunes 1 de enero del año 1 d. C.
Luego entonces, si se intercala (matemáticamente hablando) un año cero entre el 1 a. C. y el 1 d. C., nos queda el año 1 a. C. como el año cero, el año 2 a. C. como el año -1, el año 3 a. C. como el -2, el año 4 a. C. como el año -3 y así sucesivamente.
Esto significa que si continuamos así hasta el año 3114 a. C., entonces esta fecha se convertiría en -3113. Por lo tanto, es lo mismo decir 3114 a. C. que decir -3113. Pero si quisiéramos escribir el año 3114 a. C. como el año -3114 estaríamos cometiendo una aberración ya que ambos años ya no serían los mismos debido a que, como se explicó, en el primero no hay año cero y en el negativo sí hay un año cero.
Nota: Los mayas inventaron el cero mucho antes que cualquer otra cultura y las evidencias de ello lo hablaremos en un próximo post.
Seoane.
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